Red COMAL

Horacio Escalante

¡Ahí vamos de a poquito, la situación aquí es triste, hay épocas que se nos esconde el agua y nos toca oscurear!.

(Horacio Escalante refiriéndose al agua que acarrean de un pozo comunitario, que en épocas de verano el agua se profundiza).

A unos 5 kilómetros aproximadamente del municipio de El Triunfo, se encuentra La comunidad de la Calera, conducidos en una carretera angosta y rodeada de matorrales muy verdes producto de las abundantes lluvias característico en época de primavera en que llegamos, a unos metros antes de llegar a su vivienda se guarda el vehículo, un callejón lodoso y pisoteado por el ganado nos indica que estamos llegando a la vivienda.

“Pasen adelante, se vinieron, ya va salir Horacio” dice su esposa, mientras sacude una silla de plástico.

Horacio Escalante vive en la comunidad La Calera, en el municipio de El Triunfo departamento de Choluteca, tiene 49 años de edad, no tuvo la oportunidad de terminar sus estudios, únicamente cursó hasta el tercer grado de primaria ¡No estudié, quise hacer el esfuerzo para que mis hijos estudiaran, pero se me aflijen!”

Horacio un hombre dedicado a su familia y amante de la agricultura le gusta involucrase en los procesos de desarrollo comunitario, participó en el proyecto “Reducción de la vulnerabilidad por inseguridad alimentaria en el sur y occidente de Honduras” en el año 2017, apoyado desde la Federación Luterana Mundial, Servicio Mundial Programa Centroamérica, implementado por Red COMAL.

La familia de Horacio se compone de seis miembros: él y su esposa, cuatro hijos/as la mayor tiene 19 años y el menor 8 años. Viven en una comunidad conformada por 70 viviendas, donde las familias viven en igual condiciones de vida, es decir no hay diferenciación de estratos sociales; familias dedicadas a la siembra de granos básicos, el ganado en pequeña escala y la elaboración de pan y rosquillas principalmente por las mujeres, no existen muchas fuentes de trabajo donde se pueda generar mayores ingresos. Horacio y su familia dispone de un área de trabajo de tres manzanas de tierra, 1 ½ manzanas las utiliza para maíz y frijol, la otra 1 ½ lo utiliza para otros cultivos y para “los animalitos” que posee.

El mayor problema que enfrenta la comunidad es la falta de agua tanto para consumo como para otras actividades domésticas, dependen de un pozo artificial el cual en épocas de verano disminuye, volviéndose un serio problema para sus habitantes. Han perforado en otros puntos de la comunidad, pero no han encontrado el vital líquido, se ha quedado únicamente en esfuerzos perdidos, sin embargo, mantienen la esperanza de conseguir apoyo de la Alcaldía municipal y de otras entidades para hacer búsqueda en otras zonas de la misma comunidad.

 Horacio Escalante, a través del proyecto ha fortalecido sus conocimientos en diferentes temas formativos que le ha servido para entender mejor la situación de país y de la comunidad, reconoce que el cambio climático es una realidad y que él y su comunidad son vulnerables, pero sabe que a través de la organización y de cambios en sus formas de trabajar se pueden adaptar, por ello ha iniciado a practicar la agroecología y están más fortalecidos de forma organizativa.

“Mire con el proceso que estamos llevando he construido nuevas amistades, he aprendido muchas cosas,  nuevas prácticas de producción que antes no las sabía, por ejemplo; estoy sembrando frutales con diferentes técnicas, hoy sé cómo sembrar una planta y mantener la humedad haciendo un agujero grande y echándole suficiente material bueno, eso antes no lo hacía, también puedo elaborar mis propios insumos para controlar plagas, antes me iba para la agropecuaria a comprarlo, aquí mi familia y yo trabajamos unidos, todos me ayudan, el cipote más grande trabaja a la par mía, hemos comprado un molino de maíz también para servirle a la comunidad y generar ingresos.

La familia de don Horacio a través del proceso desarrollado con el proyecto también se organizó en los bancos de semillas (unidades comunitarias de acopio y reproducción de semillas criollas) donde ellos pueden seleccionar y guardar sus semillas para sus próximas siembras, así mismo puede vender o prestar a quienes lo necesiten.

“Es una gran ayuda para la comunidad, antes cuando íbamos a sembrar ahí andábamos buscando donde los amigos que nos prestaran la semilla, hoy no, más bien prestamos nosotros, hay gente que, ahí anda para arriba y para abajo, entonces nosotros les resolvemos el problema y con semillas criollas, porque el proceso es agroecológico y eso nos hace sentir muy bien”

Si bien es cierto que desde Red COMAL se han hecho esfuerzos con la construcción de cisternas de ferrocemento para almacenar agua lluvias y que le resuelve parte de sus necesidades, el mayor problema que siguen enfrentando él y su comunidad es la falta de agua para el consumo, se depende de un pozo comunitario, éste en épocas de veranos disminuye y se hace insuficiente para la comunidad. – Horacio menciona: “El agua es la nuestra vida y en verano se nos esconde, hay que oscurear para lograr un poquito cada uno, eso nos tiene preocupados”. Buscando solucionar el problema, los pobladores han realizo perforación del suelo buscando otros puntos donde sacar agua, pero ha sido en vano, se ha quedado solo con el gasto, sin embargo, don Horacio cree que en partes más bajas podrán encontrar, por lo que seguirán gestionado.

A pesar de la dificultad manifiesta que uno de los anhelos es poder gestionar recursos para mejorar sus viviendas en la comunidad.


Redacción:
Héctor Peña Martínez
Coordinador de Proyectos
Red COMAL
Junio 29, 2020