Por: Paula Sánchez de la Blanca
“Durante el verano de 2015, tuve el placer de ser acogida por el equipo de COMAL para hacer de la RED COMAL el centro de una tesina en Economía Social y Solidaria de la Universidad de Rotterdam, Países Bajos.
Con más de 20 años desde su creación, COMAL es un ejemplo extraordinario de una gran red de redes de economía social y solidaria que cuenta actualmente con más de 100 organizaciones locales y 50 tiendas comunitarias.
En el contexto del final de las guerras centroamericanas en de los 1990, la RED COMAL floreció como parte de las movilizaciones de la sociedad civil hondureña en contra de las políticas de liberalización neoliberal que empezaron a adoptar los gobiernos nacionales. Surgió inspirada por la Red Latinoamericana de Comercialización Comunitaria (RELACC), y en concreto por el ejemplo de Machita Cushunchi en Ecuador (comercialización como hermana/os en quechua).
Tras varios intercambios de experiencias, el encuentro entre diversas organizaciones sociales en 1995 en Siguatepeque dio lugar a la creación de la RED COMAL. El objetivo fue crear entre las organizaciones de productores una red alternativa que permitiera la comercialización autónoma de los productos campesinos bajo los principios de economía solidaria.
En otras palabras, COMAL nació con la misión de sustituir a los coyotes. Se buscaba tejer redes complementarias, basadas en la movilización de los recursos y capacidades existentes buscando crear sinergias para la mayor autonomía de todos sus miembros.
Y ¿cómo ha movilizado y revalorizado recursos y capacidades locales COMAL durante estos 20 años? Principalmente a través del sistema de comercialización y crédito comunitario y de educación popular.
Comercialización y crédito comunitario
Desde finales de los 90, COMAL ha ido creando un sistema de tiendas comunitarias y centros de mayoreo. Este sistema de comercialización comunitaria es de naturaleza cooperativa y ha apoyado tanto a productora/es como a consumidora/es rurales, siempre fomentando la organización en grupos de producción y en tiendas comunitarias.
En 2003 una estrategia especialmente innovadora trató de conectar crédito y comercialización alternativa. Con el apoyo de la ONG holandesa STRO, COMAL puso en marcha un sistema de vales o moneda local llamada UDIS (Unidades de Intercambio Solidario). A pesar de ser una idea de un agente externo, la familia de COMAL mostró una rápida apropiación de la moneda. En comparación con otros casos de monedas locales, el equipo de la RED COMAL supo entender el potencial de una moneda local para los propios objetivos de COMAL y el beneficio de la comunidad. Los miembros de COMAL entendieron el potencial de los UDIS para fomentar los productos campesinos y, por tanto, hacer realidad el eslogan ‘consumiendo lo nuestro’.
El sistema de UDIS tuvo que desaparecer absorbido por el déficit estructural del sistema de comercialización y el cierre de los centros de mayoreo. Sin embargo, todas las entrevistas hechas durante la investigación muestras que la/os comalera/os guardan recuerdos muy positivos. De hecho, todas las personas estaban interesadas en volver en poner a circular la moneda en la actualidad.
La Escuela de Economía Social y Solidaria (ECOSOL)
Desde los primeros acuerdos en 1995, el equipo de educadores populares de COMAL fueron la/os responsables de “dar músculo” a todas las organizaciones locales para que el sueño de una comercialización comunitaria alternativa se pusiese a caminar. La investigación ha revelado que el trabajo de formación liderado por ECOSOL y basado en el intercambio de experiencias ha sido la columna vertebral de la RED COMAL.
De acuerdo con las entrevistas la/os miembros de COMAL aprecian especialmente la formación y el programa de crédito. Y perciben a COMAL mayoritariamente como una ‘escuela’ y un ‘movimiento social’. La gran mayoría consideran que los principios de la economía solidaria son inseparables de los de la agro-ecología y la soberanía alimentaria. Esta complementariedad se debe a que ECOSOL ha hecho durante años un esfuerzo de tejer redes entre distintos problemas y soluciones. Además, poner a la/os productora/es en el centro de los intercambios de experiencias ha favorecido una revalorización de sus conocimientos locales (ej.: técnicas de producción tradicionales sin químicos, bancos de semillas criollas).
En el caso de una red de dimensiones tan grandes como COMAL, el trabajo del equipo de ECOSOL ha sido especialmente crucial para construir un consenso acerca de valores y prácticas comunes entre los distintos grupos de COMAL. Lo cual no significa que durante estos 20 años no haya habido cambios en las ideas y prácticas, generando inconsistencias. Al contrario, las historias de la/os comalero/as están llenas de tensiones y contradicciones. Su visión, acciones y reflexiones personales y colectivas están siempre en continuo cambio.
Preguntas claves como ¿cuál es el objetivo de la RED COMAL?, ¿qué es la economía solidaria? y ¿cómo contribuye al cambio social? no tienen una única respuesta correcta e invariable. La clave de crear redes de economía alternativa pasa por aprender a vivir con contradicciones, respuestas parciales e incertidumbre. Es más, inconsistencias internas pueden ser un incentivo para procesos de aprendizaje colectivos sobre cómo construir y mantener valores y prácticas comunes y buscar soluciones adaptadas a cada reto.
En el caso de COMAL, este proceso de reflexión y aprendizaje colectivo fue posible en especial gracias a ECOSOL, cuyo equipo y espacio físico crearon las condiciones para (re)conectar los valores de la organización con las prácticas de la/os comalera/os que dan vida a COMAL.
La RED COMAL es un ejemplo de economía social y solidaria excepcional. De sus 20 años de camino de reflexiones y aprendizaje colectivo pueden aprender otros proyectos de economía alternativa que también encaran preguntas similares en relación a retos de adquirir grandes dimensiones para poder coordinar y movilizar de forma efectiva recursos y capacidades locales. Para leer en profundidad el estudio de los retos y contradicciones que surgieron en COMAL por su gran escala se puede leer la tesina al completo (en inglés).”
– Paula Sánchez de la Blanca